martes, 23 de marzo de 2010

En la cocina del Moreno, en pleno centro de Crackovia.

Las 11:30 de la mañana, sonando Bon Iver de fondo, y almorzando en una cocina post-soviética. Esta mañana hemos dormido más de la cuenta y, al levantarme, me he metido una buena ostia contra la puerta -una señal divina de algún dios (sin mayúscula) bondadoso o, en su defecto, posiblemente amoral-. Hoy, probablemente, no será una buena idea pasar por Auschwitz. Estos días hemos podido sentir en nuestros órganos la esencia del viaje, la adaptación: los momentos de poca energía se enrocaban con las explosiones más sublimes de felicidad... nosotros, solamente, nos limitábamos a seguir la corriente de nuestras emociones, deslizándonos por ellas como un velero que, pese al tremendo temporal, se mantiene a flote sacudido incansablemente por el poseidónico oleaje. De la sorprendente Worclaw al entrañable Berlín, pasando -de puntillas casi- por el caduco maquillaje nocturno que Praga nos ofreció.

Más detalles y una colección de fotos en la próxima crónica.

lunes, 1 de marzo de 2010

Nacho ha vuelto a hacerlo

Otra vez ha sido él. Otra vez, buscando aquello que pueda definir lo que trato de explicar. Otra vez. Él siempre se adelanta. Y lo hace como siempre: desgarrándo, abriéndose paso a cuchillazos y dejándolo todo lleno de sangre, despidiéndose con una sonrisa en sus saciados labios. Y, abierto en canal, me siento explicado y dotado de sentido; y, quizás el racionalista lo tache de paradoja, lo hace desde el sinsentido. Y duele y da placer al mismo tiempo. Y no es masoquismo. Y no hay contradicción posible. Así es la vida. Así es el hombre.


Nacho Vegas, "Stanislavsky"

Me descubro como actor,
bríndenme una ovación.
Lo haga bien o lo haga mal,
prometo hacerlo de verdad.
Hoy me encendí al anochecer,
tendré que limitarme a arder
hasta apagarme,
y después dolerá pensarme así
y no habrá ni un alma aquí.

Pido excusas ante vos
por mi esperma y por mi voz,
y saco brillo a las máscaras
tras las que soy capaz de hablaros,
y buscaré en el interior
algo parecido a un dios,
y seré como un rey
que se olvida de reinar
y aun así sigue siendo rey.

La, la, la ...

Viviré y moriré mil veces bajo estas luces
como un ser en rebelión que contiene multitudes.
Busco el dolor en mí, no, no a mí en el dolor
y empiezo preguntándome cómo, cuándo, dónde y por qué
siento aquí una herida que es mayor,
pero que se ha de volver menor.

La, la, la ...

Lo haga bien o lo haga mal,
ahórrense la ovación.
He prometido la verdad
y me descubro como actor.
Y trato de atisbar el mal,
mi alma espera una señal
que llega a la noche
y se clava agujas de coser
hasta el fondo una, y otra, y otra vez.

La, la, la ...