domingo, 31 de enero de 2010

Sangre, esperanza y futuro.

Hace poco tiempo realicé este trabajo sobre la Generación del 98, es una posible clave de lectura y nada absolutamente definitivo ni apodíctico.

sábado, 30 de enero de 2010

Lección nº 1: bájate los pantalones y podrás alcanzar el éxito

Cuando uno entra en la universidad, sobretodo en carreras de "letras", uno piensa que hay una fraternidad entre las disensiones y un espíritu cercano al consenso. Mierda. A medida que uno va haciendo exámenes, dejándose los cuernos en muchos de ellos, se da cuenta de que al profesor no le interesa lo que tú aprendas sobre tal o cuál período filosófico... lo que le interesa es meterte en tu pequeño e indefenso cerebro su particular visión de dicho período.
Al final, si deseas alcanzar cierto rango en el expediente, no te queda más que ir a la farmacia y hacerte con un buen tarro de vaselina.

Ahí va un ejemplo: A la caza del reino perdido

Este fue un trabajo para la asignatura "Autores Contemporáneos I". Hice un pequeño panorama general del conflicto entre metafísica y la pretensión filosófica propia de finales del s.XIX y principios del XX; hasta aquí todo bien pero... ¿que sucede? Me bajo los pantalones y beso el suelo por dónde ha pisado nuestro "querido" profesor de universidad (¡¿pero quién coño lo metió allí?!) me lanzo a hacer retórica barata a favor del pisoteo que muchos pensadores ejercieron sobre sus propios zapatos, sobre la metafísica... en fin, suerte tenemos de que todos los profesores no sean de la misma índole ni carácter.

[A partir de ahora todos los documentos o escritos grandes los publicaré en un link con Google Docs; pues, si leerlos ya es un coñazo, con el formato estrecho del Blogspot... ¡aún más!]

miércoles, 27 de enero de 2010

La profunda desazón que habita en el pecho.

Se levantó y no la encontró. Llevaba años buscándola. Cuando se rindió, algo se movió en el bolsillo de su pantalón. Contestó.

- ¿Si?
- Tengo una mala noticia.
- ¿Quién coño eres?
- La que buscas.
- ¿Dónde te metes? ¡Llevo años buscándote!
- No te lo puedo decir. Los dos sabemos que, cuando me encuentres, me matarás.
- Evidentemente.

Él sabía que, si seguía así, no lograría hacer volver a aquello que hacía tiempo andaba buscando.

- Mira... llevo tiempo intentando acabar contigo y no lo he conseguido... supongo que podemos plantearnos comenzar de cero.
- A mí no me engañas. Yo me alimento de ti, no puedo vivir sin tu agónica búsqueda de mi misma. Cada día que pasas buscándome y ahogándote en lágrimas con tu sábana... me hace más fuerte. Yo crezco con tu desazón. Tu sin mi puedes continuar viviendo esa vida que no sabes si vivir, yo, sin ti, muero.
- Esto ha llegado demasiado lejos... ya se han dado casos, ¿sabes? Hay mucha gente que convive con los de tu calaña; incluso, familiares tuyos han infundido soplos de creatividad a pensadores y artistas, han podido convivir juntos. ¿Por qué tu y yo no podemos hacerlo?
- Se necesita demasiada templanza y capacidad de sufrimiento por tu parte; si no me controlas puedo acabar matándote y yo... yo moriría contigo.
- Yo siempre he sido demasiado débil... si no... ya haría tiempo que habría acabado contigo.
- Lo sé.
- Demasiado débil para soportar ese dolor innombrable, jamás te he podido definir... contigo he encontrado los límites del lenguaje... no hay palabras para expresar a través de mi boca el dolor que siento en mi pecho y en mi garganta. Yo ya no puedo más.
- No podrás hacerlo, jamás tuviste la suficiente [...]

La conversación se cortó de repente. La gente que pasaba por la calle al principio se apartó. De entre los peatones, destacaron los más valientes o fanfarrones, que empezaron a acercarse. Alguno llamó a la ambulancia. Otros, a sabiendas de que los milagros eran cosa de cuentos, llamaron a la policía. Ocupó una pequeña columna en el periódico del día siguiente.

No tuvo otra elección. Su vida con ella hubiera sido imposible. Era débil. No tuvo la suficiente entereza como para mirar al vacío antes de precipitarse hacia lo inevitable: se tapó los ojos. La encontró entre las baldosas del suelo y, entre la sangre, los huesos y las vísceras esparcidas... ella encontró la muerte. La mató, matándose.

[Hoy ha sido un día de mierda, con una buena mierda de noticia al final]


martes, 26 de enero de 2010

"Melancolía nostálgica en el sol de invierno" o "Crónica de un desgarramiento anunciado (a bombo y platillo)"

Suena el despertador. Las 5:30h de la mañana. Salgo a por el tren ataviado con los útiles típicos del estudiante en época de exámenes: libros, apuntes, caramelos, comida preparada, agua y té en botella de plástico. Encaro mis pasos hacia la estación con la fría y húmeda madrugada sobre mí; en el mp3 suena esa canción que me desgarra las entrañas y me las ofrece de almuerzo. Y me pregunto quién escribió esa letra y si estaba pensando en mí cuando la escribió. Cada compás, cada palabra... la he vivido, soportado y llorado.

En el tren he tenido la inmensa suerte de no encontrarme a nadie conocido. Odio que la gente me hable cuando estoy desgranando una canción. Si el llanto no era del todo cercano, el nudo en la garganta cada vez me estrechaba más el paso del ansiado aliento.

Cuando he llegado a la biblioteca, el Sol, en el cambio de turno, aún intercambiaba palabras de cortesía con la Luna. He leído a hombres que hablan sobre Dios y, desgraciadamente, no lo he visto por ninguna parte; y lo he querido encontrar y sólo he hallado las entrañas que engullí en el almuerzo.

He salido a ver el Sol, y el caótico paisaje que iluminaba, desde el techo de la biblioteca; he vuelto a escuchar la canción. No he visto a Dios, he visto a mis podridas entrañas y mi llanto ahogado en la vergüenza; he querido y no he podido.

He gemido de dolor, gemido. No he gritado. El gemido esconde un dolor más profundo que el grito; al grito le quedan fuerzas para la esperanza, el gemido se ahoga en su desazón. El grito se acalla con el llanto, el gemido se desvanece con la muerte. Es el legado vitalicio que nos dejan los contactos sangrientos con nuestros allegados: queridos, heridos e hirientes.

Mañana: sangre. Cómo cada día que el Sol despunta en el horizonte. Ya me lo dijo Job...

Love Of Lesbian & Zahara; "Domingo Astromántico" --> http://www.youtube.com/watch?v=KFRygg5QYXA&feature=related


domingo, 24 de enero de 2010

Algo va a cambiar

Conversación de bar. Ausente. No me encuentro. Decido irme. Música en el mp3 (Love Of Lesbian + Nacho Vegas), tejanos y chaqueta de tela militar. Bufanda. Noche. Calle. Humedad. Un sentimiento de asqueroso vacío y sinsentido se apodera de mí. Sé que no hay sitio. Sé que este no es mi sitio. Mi madre dormida y rota de tanto trabajar. Mañana me levanto a las 6h de la mañana para ir a estudiar y me encanta pues, ahora mismo, es lo único que me confronta conmigo mismo. Lo único en lo que volcar mis ansias de lucha para abrazar el inerte vacío y, evidentemente, acabar abrazándome a mi mismo. No sé adónde me lleva todo esto. Gris. Azul marino. Negro. Verde oliva. A dormir.

Love Of Lesbian, "Allí dónde solíamos gritar" --> http://www.youtube.com/watch?v=bjCjmp_TM6c

domingo, 17 de enero de 2010

Desesperación en la espera de la desesperanza

En efecto, ya nada será igual tras el día de la gran broma final. A veces pienso que Nacho escribe esas letras desde situaciones emocionales no demasiado distantes por las que uno pasa.

He aquí la primera canción de Nacho que tocó en Barcelona, los asiduos a sus letras y canciones hemos devanado internet para lograrla encontrar, pues era inédita y nadie la conocía.

Nacho Vegas, "La gran broma final" --> http://www.youtube.com/watch?v=cAqjhWzLeHg

Y aqui la tremenda calidad literaria que se desgrana a través de los vaivenes de la mano entre las cuerdas de su guitarra; hoy, especialmente, esto duele:

Dejan los tambores de tocar
y un gong anuncia la retirada
se discute la capitulación
mientras de fondo suenan carcajadas.
Obtuve por mi miedo a no padecer
cinco años de indolencia
es la semana grande de la crueldad
y en nuestro honor celebran una fiesta
yo me limitaba a contemplar
la misma grieta de la pared.
Alguien dijo "habrá que demoler"
no sé cómo no lo vi llegar
era el día de la gran broma final

Ha cundido el pánico en Madrid
salen fotos en la prensa rosa
en la alfombra roja habla el escritor,
él sabe cómo se hacen bien las cosas.
Puede que el tiempo me dé la razón
pero no queda tiempo, hoy es el día
en que dos planetas se estrellarán
mientras tú concedes entrevistas.
Y ahora ya me empiezo a preguntar
cuál de estos chistes es el mejor:
el del día en que te hablé de amor
sabiendo que daban temporal
o el día de la gran broma final.

Como un mar me presenté ante ti
en parte agua y en parte sal.
Lo que no se puede desunir
es lo que nos habrá de separar
en el día de la gran broma final.

Hay quien decía que era
grande y fuerte y nuestro amor.
Sí, como las torres gemelas,
¿recuerdas? allá en Nueva York.
Y cuando sabes que algo puede ir mal
estallará delante de ti
cuando no es posible ser feliz
y te asustas como un animal
es el día de la gran broma final.

Cuando griten en voz alta
que tu amor entero fue una estafa
y tú protestes pero no haya un alma allí para escuchar
es el día de la gran broma final.

Ya nada será igual
tras el día de la gran broma final.