jueves, 20 de agosto de 2009

Vicisitudes de un verano

Rubí, 30º a las 20h. Calor, mucho calor. Y humedad. Pañuelos. Infusión de romero y limón. Cebolla debajo de la cama. Zumitos de naranja. Caldito con arroz. Evidentemente, esta no es la estampa propia de un verano; es la maldita broma que me ha gastado mi sistema defensivo: un cuadro gripal.

Es interesante ver como todo sabe a esa especie de "moco líquido", el café tiene el bouqué a moquillo y el caldo tiene ese regusto profundo a nariz.



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